Es común en cuestión educativa entender a la administración y a la gestión como iguales, sin embargo esto no es así, ya que la gestión se encuentra enmarcada en el desarrollo de la administración.
Al analizar el concepto de gestión observamos que en la modernidad sus bases filosóficas están presentes en Descartes, Locke y Kant y después de la revolución Francesa sus características han sido: la racionalidad, el conocimiento producido empíricamente y el lenguaje.
Como representación la posmodernidad con Nietzche, Heidegger, Vátimo, Liotard, Levinas y Rorty; dan un enfoque que privilegia la racionalidad comunal, la construcción social y el lenguaje como acción.
A partir del siglo XVIII europeo es que se gesta la disciplina social llamada administración, teniendo su inicio teórico en el siglo XIX.
En el siglo XX se reconocen diferentes problemáticas y se identifican diferentes enfoques o modelos administrativos:
1. Escuela burocrática (Max Weber), clásica (Henry Fayol) y científica (Frederick Taylor). Que concebían a la organización como un sistema cerrado y mecánico.
2. Enfoque humanista (Elton Mayo) de las relaciones humanas.
3. Enfoque de gestión, originado por los círculos de calidad japonés (Edwards, Deming; Joseph Juran) y el socioanálisis francés (George Lapassade, Rene Larou) que invitan a un modelo abierto y participativo.
4. Enfoque culturista (William G. Cunningham) concibe al sistema como holístico e interaccional.
En México, Ibarra Colado (UAM) reconoce tres etapas de la administración: formación de primeras escuelas o facultades de administración, publicación de textos nacionales con influencia estadounidense y la formulación de propuestas teórico-metodológicas.
El concepto de gestión es mucho más reciente y los círculos de calidad de Deming e Ishikawa inspiraron al modelo participativo que caracteriza la gestión como un modelo Barroco.
A partir de los 70 se reconocen 2 fuertes tendencias:
- Escuelas efectivas relacionadas con el concepto de gestión educativa.
- Administración educativa.
Utilizadas actualmente y plenamente identificadas como gestión y sujeto.
También es importante definir a la gestión como un modelo administrativo, participativo e integral, que aplicado en las instituciones tienen como finalidad su transformación y se concreta en la construcción de proyectos institucionales. Además se le concibe como el conjunto de servicios que prestan las personas dentro de las organizaciones.
Y el modelo de gestión tiene como finalidad proporcionar una perspectiva social y cultural de la administración mediante el establecimiento de compromisos de participación del colectivo “Sin él no hay colectivo” a partir de su involucramiento en los procesos de planeación, organización, dirección, evaluación, toma de decisiones, resolución de conflictos y definición e identificación de retos y oportunidades de desarrollo estratégico de toda organización educativa. Por lo tanto gestión y administración no son sinónimos.
En el pasado la práctica educativa estaba homogeneizada, en la actualidad la gestión constituye un modo de acción política, de la formación de estructuras sociales, de estrategias y vínculos entre actores sociales de la creación de supremacías, de memoria, de utopías, de futuros.
Otro punto importante es la política educativa actual en el estado de México y está plantea a través de la modernización educativa, la necesidad de desarrollar y alcanzar una educación de calidad, la cual para ser posible deberá construir prácticas de gestión educativa, tendientes a crear el horizonte simbólico de la institución educativa; en donde los actores de la misma ponen en juego no solo su competencia académica, sus saberes, sino en especial su subjetividad.
Por lo anterior se entiende a la gestión educativa como el espacio de construcción del horizonte simbólico a través del diálogo intersubjetivo (Valentina Cantón).
Para construir la categoría de gestión educativa se toman diversos enfoques teóricos de las ciencias sociales, el que mejor articula es la del psicoanálisis porque en él se plantea que ser semejante no significa ser igual a otro o la réplica de otro. Por tanto lo que se transmite en todo acto educativo se repite, pero otra parte se pierde de manera que al fin y al cabo la marca de su repetición termina diferenciando y esto constituye la subjetividad.
Es importante no descartar aportaciones de otras disciplinas, se considera que para que la gestión educativa sea una realidad aplicada en el sistema educativo mexicano debe ser estudiada desde los marcos de referencia de la filosofía de la educación, ya que esta disciplina postula a la acción educativa, como una relación dialéctica en la cual interviene un grupo de sujetos a fin de llegar a la formación de sus potencialidades. Intentar un análisis de la gestión educativa desde la filosofía de la educción implica retomar la tesis del “Saber sobre el sentido educativo del hombre”.
En conclusión desde la dimensión en que se actualiza la gestión educativa, estriba en concebir a los actores: profesores, alumnos, padres de familia, autoridades y entes comunitarios, como sujetos reales, en un espacio que se denomina institución, en la cual es necesario intervenir para construir una historia diferente contada por él mismo. Lo anterior es factible en tanto se comparta una visión menos racional-burocrática y más racional-crítica de las instituciones educativas.
BIBLIOGRAFIA:
Sánchez R., Mora G., Pérez J.Carlos. T. (2001) Hacia la construcción del concepto de la gestión educativa.
Al analizar el concepto de gestión observamos que en la modernidad sus bases filosóficas están presentes en Descartes, Locke y Kant y después de la revolución Francesa sus características han sido: la racionalidad, el conocimiento producido empíricamente y el lenguaje.
Como representación la posmodernidad con Nietzche, Heidegger, Vátimo, Liotard, Levinas y Rorty; dan un enfoque que privilegia la racionalidad comunal, la construcción social y el lenguaje como acción.
A partir del siglo XVIII europeo es que se gesta la disciplina social llamada administración, teniendo su inicio teórico en el siglo XIX.
En el siglo XX se reconocen diferentes problemáticas y se identifican diferentes enfoques o modelos administrativos:
1. Escuela burocrática (Max Weber), clásica (Henry Fayol) y científica (Frederick Taylor). Que concebían a la organización como un sistema cerrado y mecánico.
2. Enfoque humanista (Elton Mayo) de las relaciones humanas.
3. Enfoque de gestión, originado por los círculos de calidad japonés (Edwards, Deming; Joseph Juran) y el socioanálisis francés (George Lapassade, Rene Larou) que invitan a un modelo abierto y participativo.
4. Enfoque culturista (William G. Cunningham) concibe al sistema como holístico e interaccional.
En México, Ibarra Colado (UAM) reconoce tres etapas de la administración: formación de primeras escuelas o facultades de administración, publicación de textos nacionales con influencia estadounidense y la formulación de propuestas teórico-metodológicas.
El concepto de gestión es mucho más reciente y los círculos de calidad de Deming e Ishikawa inspiraron al modelo participativo que caracteriza la gestión como un modelo Barroco.
A partir de los 70 se reconocen 2 fuertes tendencias:
- Escuelas efectivas relacionadas con el concepto de gestión educativa.
- Administración educativa.
Utilizadas actualmente y plenamente identificadas como gestión y sujeto.
También es importante definir a la gestión como un modelo administrativo, participativo e integral, que aplicado en las instituciones tienen como finalidad su transformación y se concreta en la construcción de proyectos institucionales. Además se le concibe como el conjunto de servicios que prestan las personas dentro de las organizaciones.
Y el modelo de gestión tiene como finalidad proporcionar una perspectiva social y cultural de la administración mediante el establecimiento de compromisos de participación del colectivo “Sin él no hay colectivo” a partir de su involucramiento en los procesos de planeación, organización, dirección, evaluación, toma de decisiones, resolución de conflictos y definición e identificación de retos y oportunidades de desarrollo estratégico de toda organización educativa. Por lo tanto gestión y administración no son sinónimos.
En el pasado la práctica educativa estaba homogeneizada, en la actualidad la gestión constituye un modo de acción política, de la formación de estructuras sociales, de estrategias y vínculos entre actores sociales de la creación de supremacías, de memoria, de utopías, de futuros.
Otro punto importante es la política educativa actual en el estado de México y está plantea a través de la modernización educativa, la necesidad de desarrollar y alcanzar una educación de calidad, la cual para ser posible deberá construir prácticas de gestión educativa, tendientes a crear el horizonte simbólico de la institución educativa; en donde los actores de la misma ponen en juego no solo su competencia académica, sus saberes, sino en especial su subjetividad.
Por lo anterior se entiende a la gestión educativa como el espacio de construcción del horizonte simbólico a través del diálogo intersubjetivo (Valentina Cantón).
Para construir la categoría de gestión educativa se toman diversos enfoques teóricos de las ciencias sociales, el que mejor articula es la del psicoanálisis porque en él se plantea que ser semejante no significa ser igual a otro o la réplica de otro. Por tanto lo que se transmite en todo acto educativo se repite, pero otra parte se pierde de manera que al fin y al cabo la marca de su repetición termina diferenciando y esto constituye la subjetividad.
Es importante no descartar aportaciones de otras disciplinas, se considera que para que la gestión educativa sea una realidad aplicada en el sistema educativo mexicano debe ser estudiada desde los marcos de referencia de la filosofía de la educación, ya que esta disciplina postula a la acción educativa, como una relación dialéctica en la cual interviene un grupo de sujetos a fin de llegar a la formación de sus potencialidades. Intentar un análisis de la gestión educativa desde la filosofía de la educción implica retomar la tesis del “Saber sobre el sentido educativo del hombre”.
En conclusión desde la dimensión en que se actualiza la gestión educativa, estriba en concebir a los actores: profesores, alumnos, padres de familia, autoridades y entes comunitarios, como sujetos reales, en un espacio que se denomina institución, en la cual es necesario intervenir para construir una historia diferente contada por él mismo. Lo anterior es factible en tanto se comparta una visión menos racional-burocrática y más racional-crítica de las instituciones educativas.
BIBLIOGRAFIA:
Sánchez R., Mora G., Pérez J.Carlos. T. (2001) Hacia la construcción del concepto de la gestión educativa.
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